En plena ola de calor, lo que todos estamos buscando es una buena sombra dónde cobijarnos y que nos permita descansar de este sol que especialmente este año, no nos está dando ningún respiro.
Aunque la mayoría de nosotros estuviéramos esperando a que llegara el bueno tiempo como agua de mayo, ahora ansiamos el calor tibio de una mañana de enero. No hay nada como salir a desayunar en tu terraza con el astro sol calentando lo justo para disfrutar de una placentera mañana.
En verano, sin embargo, todos huimos del sol y solo los más atrevidos pueden aguantar frente a él para ponerse morenos. Así, si no queremos que nuestra querida terraza se convierta en un horno necesitamos aprender cómo conseguir una buena sombra y así disfrutar de la fresca brisa bajo su cobijo.
Trataré de ser clara y daros unos consejos para lograr una sombra fresca y agradable sin hipotecar ni el espacio ni el diseño de nuestra terraza.
La orientación
Lo primero que hay que saber a la hora de elegir una pérgola es la orientación de nuestra casa y de nuestra terraza. Porque de nada sirve poner un porche o una pérgola si luego en las horas de más calor no podemos disfrutar de la sombra bajo esta. Además, estas pueden convertirse en verdaderos hornos si no están bien orientadas.
Un jardín o una terraza orientada al este recibirá un sol muy inclinado y tibio por la mañana, una orientada al sur recibirá un sol intenso y vertical a medio día y una orientada al oeste uno intenso e inclinado por la tarde.
Lo ideal es tener un jardín orientado al este, como el jardín de la de casa de mis padres, pues el sol de la mañana es muy agradable y a partir de mediodía su pérgola ofrece cobijo y sombra convirtiendo el espacio en un lugar ideal para una barbacoa junto a la piscina.
Es muy importante tener muy en cuenta la orientación, no solo a la hora de elegir una pérgola sino también a la hora de comprar una casa o a la hora de comprar los accesorios necesarios para dar sombra como una sombrilla.
La cubierta
La buena elección de una cubierta nos permitirá disfrutar de nuestra pérgola en cualquier estación del año. Las cubiertas son tan prácticas para la primavera, cuando una lluvia repentina nos pilla por sorpresa, como en el sofocante verano.
Pero cada espacio nos reclama una cubierta diferente, por lo que hay que estudiar en cada caso cual es la más aconsejable para nuestro espacio.
Hay cubiertas para todos los gustos: de brezo, caña, vegetales, tela, cristal, toldo, policarbonato y metacrilato. Incluso, se pueden hacer cubiertas con lamas orientables. Todo lo necesario para disfrutar los 365 días del año.
Una de nuestras cubiertas favoritas son las vegetales porque las plantas no solo protegen del sol sino que refrescan el ambiente y lo perfuman con su agradable aroma (y si plantamos un jazminero, ya ni te cuento).
Otra de las ventajas que ofrece esta solución es que, en invierno, las plantas tienen muchas menos hojas, y dejan pasar mucho más sol que en verano. Si además hacemos crecer plantas por los laterales, estas nos ofrecerán protección para el sol de la tarde y filtrarán y refrescarán el aire también.
La estructura
Es otra de las decisiones clave a la hora de elegir una pérgola para nuestra terraza es el material de construcción. Los materiales más populares son la madera, el hierro forjado y el aluminio.
Las pérgolas de maderas son quizás las más económicas porque requieren poca mano de obra pero es importante tener en cuenta que requiere mantenimiento por parte del propietario debido al factor humedad y los insectos que pueden alojarse en ella. La madera puede ser pintada, tallada, o dejarse al natural para capear. Sin embargo, la desventaja de utilizar un material natural como la madera es que se hace necesario un mantenimiento periódico. Se debe lijar y re-pintar cada tanto para no perder su aspecto.
Un factor muy importante a la hora de elegir la madera son los impactos ambientales de la madera que se está eligiendo. Cuando se elige madera de origen nacional o de fuentes sostenibles certificadas se asegura de que no está causando más daño del que uno se pueda imaginar.
Las pérgolas de aluminio no se oxidan como el hierro. Pero puede tener una oxidación en la superficie que impide la progresión. Por esta razón, los perfilados de aluminio están pintados con laca termo-lacadas. Estas lacas, aunque en teoría son muy resistentes, no son duraderas indefinidamente y sobre todo cuando el color es oscuro. Entonces, confirmar que una pérgola de aluminio es duradera eternamente y no necesita ningún tipo de mantenimiento, sería un abuso.
Las pérgolas de hierro son sin duda las más resistentes a los cambios climatológicos y además, si el hierro está correctamente tratado, tendremos una estructura para toda la vida y que solo requiera ser limpiado con un paño con amoniaco. Además, el hierro es maleable en contacto con el calor por lo que se le puede dar formas que no puede adquirir la madera. Si bien es cierto, son las más caras en un principio pero luego es una estructura de por vida que no requiere ningún mantenimiento ya que es un material que envejece con una nobleza espectacular.